Los retos del talento han pasado a ocupar un lugar cada vez más importante dentro de las organizaciones. Asistimos a un cambio de paradigma en el que ya no son las empresas las que eligen personas sino las personas las que eligen empresas. Y lo hacen cuando nos escogen como lugar para trabajar pero también todos los días que se levantan y se comprometen con su trabajo diario.
Como adelantamos en la introducción asistimos a un cambio de paradigma en el ámbito de los recursos humanos. En un contexto en el que las tasas de rotación de las compañías no paran de crecer, en el que el compromiso de los empleados está en mínimos históricos y en el que existe un gran desajuste entre las necesidades de captación y la capacidad de atraer talento de las organizaciones, el poder en la toma de decisiones ha virado de las empresas a los profesionales. Son las personas las que eligen empresa. Podemos decir que los procesos de selección han desaparecido de la forma en la que los conocíamos y nos encontramos ante procesos de mutuo conocimiento.
Esto tiene implicaciones directas en la forma en la que pensamos y definimos nuestra estrategia de talento. Habitualmente, caemos en la tentación de comenzar a definir nuestras soluciones poniendo por delante el desafío corporativo, lo cual es un error. En el momento actual, ser capaces de ponernos en la piel del talento, de comprender y hacer nuestras sus preocupaciones será clave para llegar a soluciones más efectivas. Hay que transformar la actual visión “company centric” a una visión “people centric” porque la respuesta a los desafíos pasa, necesariamente, por los profesionales.
La creatividad nacerá entonces del entendimiento. Cualquier proceso de transformación en la relación con nuestro talento, comienza por comprender cuáles son sus necesidades y sus preocupaciones.
Debemos tener cuidado, eso sí, con quedarnos en los datos. Se trata de hacer un ejercicio de empatía para comprender qué tensiones está viviendo. ¿Cómo es nuestro candidato ideal? ¿Cómo se comporta? ¿Qué le interesa? ¿Qué le preocupa? ¿Cómo es su entorno? ¿En qué contexto realiza su trabajo? Son algunas de las preguntas que debemos hacernos al momento de enfrentarnos a un proyecto en relación al talento.